Avicultura

Síntomas de la enfermedad de Gumboro y cómo prevenirla

10 diciembre 2021

enfermedad de Gumboro
La enfermedad de Newcastle es un desafío porque es altamente contagiosa y presenta síntomas similares a los de otras enfermedades infecciosas

La enfermedad de Gumboro, también llamada enfermedad de bursitis infecciosa (IBD), es una infección aviar causada por el birnavirus que afecta principalmente al sistema inmunológico. En este sentido, el Gumboro destruye el tejido linfoide (bolsa de Fabrius), provocando inmunosupresión y comprometiendo los sistemas de defensa del animal, lo que a su vez genera respuestas deficientes a otras vacunas y hace que los animales sean más susceptibles a otras infecciones.

Entre las enfermedades infecciosas, la enfermedad de Gumboro (IBD) ha sido una de las mayores preocupaciones de los avicultores. Además de ser altamente contagiosa, el pronóstico es difícil de revertir en la mayoría de los casos, convirtiéndola en una enfermedad fatal con alta mortalidad y que puede manifestarse de forma subclínica, es decir, asintomática. Por ello, es fundamental estar bien informado sobre los síntomas del Gumboro, cómo tratarlo y principalmente sobre cómo evitar esta enfermedad. ¡Entienda mejor cómo prevenir que las aves contraigan esta infección!

Enfermedad de Gumboro: los síntomas pueden ser silenciosos

La bursitis infecciosa, en muchos casos, puede presentarse de forma subclínica. Sin embargo, según el Dr. en Biología Francisco Ríos, los signos dependen de la evolución de la enfermedad. “Los principales signos clínicos relacionados con la enfermedad de Gumboro dependerán de la virulencia del virus. Los virus muy virulentos provocan una alta mortalidad asociada a la severa atrofia de la bolsa de Fabricio”, afirma el biólogo, que es especialista en Producción Avícola y Sanidad Avícola.

“Aun así, es posible observar un erizado en las plumas y depresión severa en las aves. En el caso de virus menos virulentos, estos pueden manifestarse a través de la desuniformidad del lote asociada a atrofia de la bolsa con presencia de edema. Estos problemas pueden dar lugar a la incidencia de otras enfermedades provocadas por la inmunosupresión”, añade. Como indica un estudio de la Universidad de Florida, otros síntomas que puede presentar el ave son deshidratación, tristeza, anorexia, palidez marcada y auto picoteo en la región de la cloaca. En casos más graves, con lesiones más serias, puede haber necrosis de órganos linfoides secundarios, como el bazo.

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La vacuna contra Gumboro es la principal forma de prevenir la enfermedad

El diagnóstico de la IBD se puede realizar en las primeras etapas de la enfermedad, teniendo en cuenta el historial de salud de todo el aviario, sin embargo, su implementación puede ser un desafío. La tasa de contagio es muy alta, ya que el virus se contamina a través de las vías respiratorias, ojos y tracto digestivo. Dicho esto, el mejor remedio para el Gumboro es la prevención, ya que esa es la única forma de evitar la contaminación de todas las aves.

Por lo tanto, la vacunación de las aves es fundamental, principalmente en lo que respecta a la bioseguridad en las granjas, como señala el especialista: “Es necesario saber qué virus está implicado (muy virulento, clásico o variante), porque la vacunación dependerá del virus implicado. También es importante que nuestras aves nazcan con una buena inmunidad materna, especialmente en el caso de infecciones con variantes de virus. El desafío de un virus muy virulento es que será necesario utilizar vacunas con menor grado de atenuación para proteger la bolsa durante los primeros días de vida del pollito”, concluye.

* Francisco Ríos es B.Sc. Doctor en Biología de la Universidad Autónoma de Coahuila (Universidad del Estado de Coahuila), en Torreón, Coahuila, tiene un diplomado en Producción Avícola de la Universidad Nacional de la Ciudad de México y en Sanidad Avícola del Instituto Holandés de Sanidad Animal en Deventer. Es gerente técnico nacional de MSD México, miembro de la Asociación Nacional de Especialistas en Avicultura (ANECA) desde 1996 y miembro asociado de la  American Association of Avian Pathologists (AAAP), desde 1999.