Ganadería

Identificación animal: Beneficios y herramientas disponibles

La identificación de los animales de una explotación ganadera es relevante para el manejo adecuado de los mismos a lo largo de toda la cadena productiva. Se refiere a la asignación de un número único y exclusivo a cada animal, que no cambia durante su vida, con el fin de rastrear su movimiento a lo largo de la cadena alimentaria. Esto es importante para garantizar la trazabilidad, es decir, la capacidad de seguir el movimiento de los animales, la carne y otros productos cárnicos desde la granja hasta el consumidor final.

Por otra parte, el proceso y el seguimiento de su desempeño proporciona información valiosa para la toma de decisiones en la selección de reproductores y la mejora de la productividad1. También resulta útil en la prevención y control de enfermedades, ya que posibilita la pronta y precisa individualización de los animales afectados. Esta medida permite aislar eficazmente a los animales afectados y, de esta manera, prevenir la propagación de la enfermedad2.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) recomienda que los sistemas de identificación animal, en la medida de lo posible, deben iniciarse en el nivel de la producción primaria de manera tal que el origen de la carne pueda ser rastreado desde el lugar de sacrificio hasta el establecimiento de cría de los animales3.

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¿Qué es la trazabilidad?

Según el SENASA, la trazabilidad se define como “la relación ininterrumpida del animal desde su nacimiento hasta los productos derivados de la faena de ese animal, comercializados y puestos a disposición del consumidor”2. Representa la posibilidad de reencontrar la información, los antecedentes, la locación de una entidad, mediante identificaciones registradas.

Aunque la trazabilidad en sí misma no equivale a calidad, es el punto de partida para alcanzarla ya que involucra a todos los participantes de la cadena y garantiza la transparencia de los procesos. Además, la trazabilidad aclara la responsabilidad de cada uno de los actores en la cadena, incluyendo a los productores, criadores, invernadores, transportistas, frigoríficos, matarifes, exportadores, distribuidores y puntos de venta.

Por lo tanto, es importante seguir desarrollando y mejorando los métodos de identificación de bovinos para garantizar la trazabilidad, y con ella la seguridad alimentaria y la sostenibilidad de la ganadería.

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Tipos de identificación para ganado bovino

Esta práctica habitual se remonta a la antigüedad. A lo largo de los años se han desarrollado varios tipos y métodospara su aplicación en diferentes circunstancias. Al principio, el herrado (marca con hierro candente) se utilizaba para asociar a los animales con sus propietarios. Luego se implementaron sistemas más modernos, ya que el herrado y los tatuajes tienen severas desventajas en términos de legibilidad y control en su colocación y uso, lo que los hace inservibles para los fines de rastreabilidad y manejo de animales. Además, resultan técnicas dolorosas y en la actualidad existen alternativas más alineadas con el bienestar animal y la optimización en el manejo de la información.

Según el “Manual de Buenas Prácticas para la Industria de la Carne” publicado por la FAO4, los requisitos básicos de un sistema de identificación incluyen:

  • Legibilidad clara del dispositivo de identificación
  • Control central de producción, asignación y distribución de los dispositivos de identificación
  • Los dispositivos deben ser difíciles de falsificar e intransferibles (a prueba de modificación)
  • Los dispositivos deben ser durables, rentables y fáciles de colocar
  • Los dispositivos no deben causar dolor ni malestar al animal

Existen varios tipos de herramientas que se pueden utilizar para la identificación del ganado bovino. A continuación, se presentan algunas de las más comunes:

El arete o tag de identificación (conocido como caravana en algunos países de Sudamérica) es una herramienta comúnmente utilizada en el ganado bovino. Consiste en una etiqueta que se coloca en la oreja del animal y que contiene un número de identificación único para ese ejemplar. Los aretes pueden ser fabricados de plástico o metal y presentan diferentes tamaños y formas. A pesar de ser fácil de usar y de leer a corta distancia, los aretes pueden ser susceptibles a la pérdida o al desgaste, lo que puede dificultar su lectura a distancia.

Actualmente existen tags de tipo visual que combinan un número de identificación con un dispositivo electrónico de RFID (identificación por radiofrecuencia). La tecnología de RFID permite la identificación automática de objetos mediante ondas de radio, en lugar de requerir un escaneo óptico o visualización directa de los números. En este sistema, una etiqueta RFID contiene un transpondedor pasivo con un microchip que almacena información única, como un número de serie.

Cuando un lector emite una señal de radio, despierta a la etiqueta RFID de su estado latente y el transpondedor responde con una señal de radio codificada única. El lector convierte las ondas de radio en un formato que puede ser transmitido al computador, donde se utilizará la información almacenada.

Una de las ventajas clave de la tecnología RFID es que la etiqueta no necesita ser vista para leer los datos almacenados, lo que significa que puede ser colocada dentro o fuera del objeto identificado. Para su funcionamiento, son esenciales dos componentes: el lector y la etiqueta.

Este último agregado, el cual en los últimos años se estuvo incorporando de manera sistemática como método de identificación oficial en varios países, ofrece la posibilidad de automatizar la información y optimizar la gestión de la explotación, brindando a los productores la oportunidad de incorporarse al mundo de la inteligencia de negocios5.

Los microchips son otra herramienta de identificación de animales bovinos. Se colocan debajo de la piel del animal y contienen un número de identificación único. Los microchips son más duraderos que los aretes y no se pierden fácilmente, pero se requiere un lector especializado para leerlos, como en el caso de los aretes electrónicos.

Los bolos ruminales son dispositivos que constan de un transponder ubicado en una pieza cerámica (microchip) que contiene un número único e inviolable. Este dispositivo se administra por vía oral y se aloja en el retículo, donde permanece durante toda la vida del animal. Debido a que se trata de un método interno, no existe riesgo de que se retire accidental o voluntariamente. Además, su tasa de recuperación es del 100%, lo que significa que no plantea ningún riesgo para la salud humana.

La ubicación fija del dispositivo en el retículo facilita la automatización de la lectura y su lectura es fácil. No obstante, al igual que con cualquier método de identificación animal, se requiere de una capacitación mínima y de técnicas adecuadas para su colocación y uso, ya que una mala colocación del dispositivo podría ocasionar lesiones al animal.

El reconocimiento facial es una tecnología más avanzada que utiliza algoritmos. Las cámaras se colocan en lugares estratégicos, como las entradas de las granjas, y se toman fotos de los animales. El software analiza las características faciales del animal y lo identifica de forma única. Esta herramienta es muy precisa, pero puede ser costosa y requiere tecnología avanzada.

Como puede apreciarse, cada herramienta tiene sus propias ventajas y desventajas, y la elección de una de ellas dependerá de los objetivos del productor, el presupuesto y la tecnología disponible.

Actualmente, en Argentina el método oficial consta de un tag (caravana) colocado en la oreja, el cual puede ser únicamente visual (con código numérico) o también incluir un dispositivo electrónico en su interior (usualmente de tipo RFID). El productor debe obtener su CUIG (Clave Única de Identificación Ganadera), colocar las caravanas y entregar unas planillas de identificación de ganado en una oficina local del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA)6.

En México, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) establece también como método oficial el tag (arete), el cual contiene un código de barras que será leído con dispositivos destinados a este fin, y caracteres alfanuméricos. Así como ocurre en el caso de Argentina, los aretes permitirán la identificación visual del animal y un componente del par podrá o no contener un dispositivo de radiofrecuencia para la lectura a distancia7.

La identificación de los animales de una explotación ganadera es importante para garantizar la trazabilidad, de los animales, la carne y otros productos cárnicos desde la granja hasta el consumidor final.

Ventajas de la identificación del ganado bovino

Una de las principales ventajas es la mejora de la seguridad alimentaria. Permite a los productores, procesadores y minoristas rastrear la carne y los productos cárnicos en cada etapa de la cadena alimentaria. Esto significa que, si se detecta un problema de seguridad alimentaria, se puede localizar rápidamente el origen del problema y retirar los productos afectados del mercado. Esto puede evitar brotes de enfermedades transmitidas por alimentos y reducir el riesgo de enfermedades graves para los consumidores.

Además de mejorar la seguridad alimentaria, también puede mejorar la calidad de la carne y los productos cárnicos. Permite a los productores y procesadores rastrear el historial de cada animal, incluyendo su edad, su alimentación y su historial médico. 

La identificación del ganado bovino puede ayudar a los productores a mejorar la calidad de la carne y los productos cárnicos, lo que puede aumentar la satisfacción del consumidor y la lealtad a la marca. Se trata de una práctica ganadera esencial, que permite la trazabilidad del ganado, la gestión adecuada de la explotación, la prevención y el control de enfermedades, y la transparencia en la cadena alimentaria.