Ganadería

La fiebre de la leche y medidas de prevención

La fiebre de la leche o hipocalcemia bovina, también llamada paresia de la parturienta, es uno de los trastornos metabólicos bovinos más comunes en el ámbito de la producción láctea. Se caracteriza por calcemia baja, apareciendo entre 24-48 horas antes del parto y hasta 5-6 días postparto (1).

Bajo esta condición, el calcio sanguíneo puede caer de un nivel normal de 8.5-10 mg/dl a la mitad de estos valores. Se considera hipocalcemia clínica por debajo de 5.5 mg/dl, pero alcanza una etapa subclínica cuando cae por debajo de 8.5 mg/dl (2).

La hipocalcemia clínica no ha tenido gran relevancia en los últimos años, ya que su tratamiento es sencillo, si es diagnosticada a tiempo. Sin embargo, la hipocalcemia subclínica tiene un diagnóstico más dificultoso y puede pasar desapercibida, siendo ésta responsable de gran cantidad de procesos patológicos. Por este motivo, resulta fundamental establecer estrategias para prevenirla, así como identificar sus signos tempranos.

Es una problemática metabólica propia del periodo de transición en las vacas, y puede funcionar como factor predisponente para otras alteraciones de este periodo. Algunos ejemplos de esto son las distocias, los terneros natimortos, la retención de placenta, la atonía ruminal, la neumonía por aspiración y la reducción de la vida productiva de la vaca.

Por otra parte, la hipocalcemia es un factor estresante, lo que provoca un gran aumento del cortisol en sangre, dando lugar a una inmunosupresión. Esto va a ocasionar mayor riesgo de sufrir enfermedades de tipo infeccioso como metritis, endometritis y mastitis (3).

Hipocalcemia bovina

Signos y síntomas

El calcio es necesario para inducir el contacto de los músculos esqueléticos y lisos. Por esto, los síntomas estarán asociados con el mal funcionamiento de la musculatura. De esta manera, la alteración puede clasificarse según la gravedad de los síntomas.

Existe una Etapa I (inicial subclínica), que es de corta duración y suele pasar desapercibida. Los signos incluyen anorexia o hiporexia, nerviosismo, hipersensibilidad, debilidad y arrastre de los miembros posteriores.

Durante la Etapa II (subclínica) la vaca normalmente se ubica en decúbito con la cabeza extendida o apoyada en el flanco y presenta depresión moderada. Se puede observar ataxia, temblores musculares, particularmente en el cuello y en el pecho, estreñimiento y frecuencia cardíaca aumentada. Se puede evidenciar hipotermia.

En la Etapa III (clínica) la vaca yace en decúbito, incapaz de ponerse de pie, presenta depresión severa, posible pérdida progresiva de la conciencia, lo que conduce a un estado comatoso, shock y finalmente a la muerte del animal.

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Factores predisponentes

Como factores de riesgo para padecer la alteración se encuentran:

  • Edad: a medida que aumenta la edad, aumenta también el riesgo.
  • Raza: existe mayor riesgo para las razas Jersey y Guernsey.
  • Número de partos: se asocia un mayor riesgo alrededor del tercer parto.
  • Condición corporal: vacas con sobrepeso y poco ejercicio físico tienen mayor riesgo.
  • Nivel de producción: la susceptibilidad aumenta con la producción del rebaño, ya que las demandas de calcio se incrementan.
  • Presencia de otras enfermedades: aumentan la probabilidad del desequilibrio.
  • Dieta (especialmente la preparto): altos niveles de cationes (potasio, sodio) inhiben la movilización de calcio desde los huesos; bajos niveles de magnesio producen menor absorción de calcio en los intestinos; el consumo elevado de calcio durante los periodos secos reduce la capacidad de uso del calcio de otras fuentes; dietas con alto contenido de fósforo aumentan la incidencia.

Medidas de prevención

Para prevenir la hipocalcemia será importante tener en cuenta las siguientes indicaciones:

  • Realizar análisis para buscar calcio, fósforo, potasio y magnesio en los forrajes, por medio de química húmeda.
  • Limitar la ingesta de calcio a menos de 100 grs./vaca/día, y la ingesta de fósforo a menos de 45 grs. por día, desde 2 ó 3 semanas antes del parto.
  • Los forrajes más recomendados serán los henos, los silajes de cereal y de maíz.
  • Mantener los niveles de potasio tan bajos como sea posible – idealmente menores al 1,5%.
  • Aportar suficiente magnesio (3,8 g/kg MS).
  • Si la incidencia de fiebre de la leche está sobre el 10%, si existe una dificultad para reducir la ingesta de calcio, o si los niveles de potasio exceden el 2%, se puede suplementar a las vacas secas con sales aniónicas, que van a otorgar condiciones de acidez, la cual aumenta la solubilidad del calcio y su absorción en los intestinos. (4)

Referencias:

  1. Metabolase (2019). A SYSTEMS APPROACH TO THE TREATMENT OF METABOLIC DISORDERS IN DAIRY COWS. Disponible en: https://fatroiberica.es/wp- content/uploads/2019/02/Metabolik.pdf
  1. Reinhardt, T. A., Lippolis, J. D., McCluskey, B. J., Goff, J. P., & Horst, R. L. (2011). Prevalence of subclinical hypocalcemia in dairy herds. The Veterinary Journal, 188(1), 122- 124.
  2. Martinez, N., Sinedino, L. D. P., Bisinotto, R. S., Ribeiro, E. S., Gomes, G. C., Lima, F. S., … & Santos, J. E. P. (2014). Effect of induced subclinical hypocalcemia on physiological responses and neutrophil function in dairy cows. Journal of dairy science, 97(2), 874-887.

(https://www.engormix.com/ganaderia-leche/articulos/previniendo-fiebre-leche-t26031.htm)