Patologías de mayor ocurrencia y su sintomatología
La hipocalcemia, también llamada, paresia puerperal, es una de las enfermedades metabólicas en bovinos más comunes que ocurre en el periparto en vacas altas productoras de leche. Los animales experimentan situaciones fisiológicas de estrés y cambios en la demanda de nutrientes durante el último estado de preñez y los primeros estados de lactancia.
Estos enormes cambios impactan el metabolismo de los minerales. Desde el punto de vista bioquímico se nota una rápida disminución de las concentraciones de calcio y fósforo en sangre. Las vacas experimentan una cierta disminución del calcio en la sangre desde el día antes del parto hasta dos o tres días después del parto, a la espera que los mecanismos homeostáticos que regulan el calcio se adapten a la gran demanda de este.
Los signos de la forma clínica de la hipocalcemia incluyen inapetencia, tetania, parálisis flácida, inhibición de la micción, defecación, decúbito, coma y eventualmente muerte. Así pues, el signo prevalente de la forma subclínica incluye valores de calcio sérico por debajo de 8,5 mg/dl (valores normales de calcemia en vacas lecheras son 8,5-10 mg/dl (Martinez et al., 2016)).
En forma subclínica los niveles de calcio bajan de forma menos brusca que en la hipocalcemia clínica, lo que se traduce en una ausencia de síntomas, y su diagnóstico sólo sería posible mediante la determinación sérica del calcio total. Es importante que durante el periodo periparto haya una coordinación del metabolismo que pueda satisfacer el aumento significativo de los requerimientos minerales.
La hipofosfatemia está íntimamente ligada al comportamiento metabólico del calcio, y responde a factores desencadenantes similares, como así también el cuadro clínico.
La hipomagnesemia está vinculada a la tetania de los pastos, y se define como un complejo desorden metabólico, caracterizado por la disminución de las concentraciones de Mg (de Ca plasmáticos también), generado por la disminución de la concentración de ambos minerales en el sistema nervioso central. Esto afecta principalmente a hembras adultas, en pastoreo (rebrotes), con mayor incidencia en el periparto. En la hipomagnesemia se generan cuadros neurológicos excitatorios y agudos de desenlace fatal si no se instaura tratamiento.
La cetosis es otra de las enfermedades metabólicas en bovinos que afecta, principalmente, a vacas lecheras de alta producción, entre la 2da y 8va semana posparto. Se caracteriza por disminución en la glucemia y aumento de la concentración de los cuerpos cetónicos en los tejidos y fluidos orgánicos. Si bien los cuerpos cetónicos son una importante fuente de energía durante el ayuno, la lactación o la preñez, cuando se exceden ciertos niveles, los cuerpos cetónicos pueden alterar el estado metabólico.
Tanto en su forma clínica como subclínica, la cetosis impacta negativamente la producción. En primer lugar, el tratamiento es costoso, además, merma la producción de leche y hay una mayor incidencia de enfermedades y problemas reproductivos. Los síntomas más comunes de la cetosis incluyen la presentación digestiva en el 85-95% de los casos y presentación neurológica en un 5% a 15% de los casos. La presentación digestiva se caracteriza por:
- Apetito selectivo, mostrando preferencia por los alimentos voluminosos y menos por los concentrados.
- Evitan el ensilaje y finalmente los forrajes.
- Motilidad ruminal reducida en casos de anorexia.
- Ocasionalmente pica.
- Olor a acetona durante la espiración o en leche.
- Heces secas.
- Depresión moderada.
- Reluctancia al caminar.
En la presentación neurológica se evidencian signos de inicio agudo, incluyendo:
- Salivación.
- Masticación.
- Andar tambaleante.
- Incoordinación motora.
- Ceguera.
- Caminar en círculos.
- Déficit propioceptivo.
- Presión de la cabeza contra objetos.
- Ceguera aparente.
- Pica.
- Salivación.
- Hiperestesia.
- Vocalización constante.
- Tremores moderados.
- Tetania.
Algunas vacas pueden tornarse agresivas con las personas u objetos.
Diagnóstico de estas enfermedades metabólicas en bovinos
El diagnóstico de cetosis puede llevarse a cabo a través de distintas pruebas. La presencia de cuerpos cetónicos en suero, plasma, leche u orina tanto cualitativa o semi cuantitativamente. Entre estas pruebas podemos encontrar el uso de cintas o a través de la prueba de Rothera (con nitroprusiato de sodio). Por otra parte, también se puede establecer una correlación entre estos indicadores y el score corporal. Para el diagnóstico de la hipomagnesemia, hipocalcemia e hipofosfatemia es necesaria la medición sérica de ambos minerales en conjunto con la clínica.
Enfoque preventivo y terapéutico de las mismas
El tratamiento de la paresia puerperal dependerá de su origen, pero por regla general para el tratamiento de la hipocalcemia subclínica, podemos apuntar a un enfoque más del tipo preventivo: acidificar la ración preparto, (adición de sales aniónicas), suplementar con vitamina D entre el cuarto y el día antes del parto y administración oral de preparados de calcio durante el periparto.
En la hipocalcemia clínica se aplica EV lenta, como así también vía SC de sales de lenta disociación, como el boro gluconato. Los tratamientos suelen incluir magnesio ante la aparición de signos neurológicos de excitación, como así también la combinación de fósforo. De hecho, las presentaciones comerciales más comunes de fármacos suelen combinar estos minerales en un solo producto.
En cuanto a la prevención tanto como al tratamiento de cetosis, una de las enfermedades metabólicas en bovinos más comunes, los cuadros clínicos deben ser tratados según severidad: puede incluir alimentación adecuada posparto (control de volumen, composición nutricional, adición de compuestos como; niacina, precursores gluconeogenicos, e iónoforos), y para la forma clínica severa, por vía oral con propilenoglicol o de glucosa endovenosa, como así también corticoides, orexigenos y de terapia de sostén con fluidos también es recomendado. En los cuadros nerviosos se recomienda el uso del hidrato de cloral.
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