Pandemia silenciosa
Antes de la era antimicrobiana existían grandes epidemias que arrasaban con la vida de millones de personas. Luego del valioso descubrimiento de la Penicilina, por Alexander Fleming en 1928, millones de vidas se han salvado gracias al uso de los antibióticos para combatir enfermedades antes consideradas mortales. El descubrimiento de los antibióticos dio paso a nuevos hallazgos científicos que permitieron el desarrollo de una gran batería de fármacos antimicrobianos con muchos beneficios y variadas indicaciones.
Sin embargo, el uso ininterrumpido de antimicrobianos, tanto en medicina humana como animal, ha ido seleccionando microorganismos multirresistentes que no responden a ningún tipo de terapia antimicrobiana causando enfermedad y muerte. Esta resistencia antimicrobiana (RAM) es una “bomba sanitaria que todos debemos desactivar”.
De acuerdo con la FAO, se calcula que llegaremos al año 2050 con 10 millones de muertes y una disminución del PBI mundial anual del 3,8% causados por RAM. La buena noticia es que aún tenemos herramientas y tiempo para evitarlo.
En este marco, una de las prioridades de la FAO es: Aumentar la capacidad de gestión de los riesgos de la RAM en el plano regional, nacional y mundial mediante el apoyo a las medidas de “One Health” sobre este ámbito en el sector agroalimentario.
Es por eso, por lo que del 18 al 24 de noviembre 2022 se ha declarado la: Semana mundial de concientización sobre el uso de Antimicrobianos.
Se estima que para el 2050 la población mundial sea de 9.8 billones de personas, por lo que se necesita seguir produciendo proteínas de origen animal para poder alimentar a esa población creciente. En promedio los productos de origen animal contribuyen al 39% de la proteína de la dieta. Esto hace que la ganadería sea una industria necesaria, sin embargo, la meta debe ser producir estos alimentos de una manera sostenible sin descuidar el bienestar animal.
El rol de los veterinarios es clave para poder disminuir la cantidad de antimicrobianos usados en ganadería. Ya que su asesoramiento profesional, debe ir orientado a fomentar que los productores pecuarios pasen de un tipo de producción que utiliza antimicrobianos en forma preventiva a una dónde se reserven exclusivamente para curar enfermedades.
Una de las formas de reducir el uso de antimicrobianos en las producciones es a través de una correcta planificación, que contemple la prevención de las enfermedades de los animales mediante la vacunación, bioseguridad y buenas prácticas ganaderas. Todo esto llevará a menores índices de enfermedad, menor necesidad de uso de antimicrobianos para tratarlas y también hará que los sistemas de producción sean más rentables, por la disminución de los costos originados del uso de antimicrobianos.
Los productores deben implementar las buenas prácticas ganaderas establecidas por la Organización Mundial de Sanidad Animal – OIE.
De acuerdo con la OIE se enfatiza en que, durante el ejercicio veterinario, los profesionales deben recetar medicamentos solo de manera responsable y prudente, que estos deben adquirirse en lugares autorizados y brindarse durante el tiempo establecido la dosis indicada.
Incluso, considera algunos consejos para el tratamiento de los animales, desde el proceso de producción al transporte, que aportan al bienestar animal como: proveerlos de piensos de calidad, instalaciones adecuadas, buen descanso, facilidad de movimiento y atención a las heridas.
Este tipo de problemáticas tan complejas requiere soluciones de largo plazo donde exista el compromiso y la intervención de todos los agentes involucrados. Desde los gobiernos para que legislen y fomenten la farmacovigilancia, la industria farmacéutica, los médicos veterinarios que prescriben estos antimicrobianos, los ganaderos que los aplican en sus producciones, los agentes de salud que monitorean la RAM y los consumidores que llevan esos productos a sus mesas.
La clave no está en buscar culpables, sino en compartir responsabilidades y encontrar soluciones.
Tal como lo comparte la FAO en un documento: ABORDAR EL USO DE ANTIMICROBIANOS Y LA RESISTENCIA EN ANIMALES PRODUCTORES DE ALIMENTOS LECCIONES APRENDIDAS EN EL REINO UNIDO Tackling antimicrobial use and resistance in food-producing animals (fao.org)
“La relación entre los sectores humano y animal ha evolucionado desde encontrar culpables a la responsabilidad de trabajar en colaboración con respeto mutuo y el reconocimiento de la necesidad de actuar» Nigel Gibbens CBE, ex CVO
En esta experiencia, las soluciones llegaron al poder cuantificar el uso de antimicrobianos generando datos, hasta ese momento inexistentes. Generando consensos interdisciplinarios, lineamientos de buenas prácticas generales que luego se adecuaron a los distintos tipos de producciones y de especies.
La clave no está en dejar de usar antimicrobianos sino en usarlos en su justa medida, sólo cuando sea estrictamente necesario.