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Circovirosis porcina (PCV2): Prevención y tratamiento

La circovirosis porcina hace referencia a un grupo de enfermedades asociadas al virus Circovirus Porcino tipo 2 (PCV2). Con el paso del tiempo, los estudios sobre esta enfermedad han producido cambios en las denominaciones de las diferentes presentaciones clínicas relacionadas con el PCV2. 

Sigue leyendo para saber más sobre las características de este grupo de enfermedades, su prevención y diagnóstico.

Etiología y características generales

El agente involucrado en la circovirosis porcina es el PCV2, uno de los tres circovirus descritos hasta el momento. Se trata de un virus ADN, que posee una gran resistencia a condiciones ambientales, desinfectantes y a cambios en el pH.

Dentro del circovirus porcino tipo 2 se describen hasta el momento, 9 diferentes genotipos: PCV2a -PCV2i (Wang et al., 2020); de estos, los genotipos a, b y d han sido reportados ampliamente como productores de enfermedad. Los demás genotipos se han descripto esporádicamente. A pesar de ser un virus ADN, PCV2 posee una tasa de mutación alta que, junto con las nuevas tecnologías de diagnóstico y secuenciación, han resultado en la descripción de estos genotipos. Frente a este escenario, la emergencia de nuevas variantes de PCV2 no resulta improbable. Así, las prevalencias de los genotipos han ido modificándose con el tiempo, correspondiendo el último cambio de PCV2b a PCV2d en casi todas las regiones del mundo donde se desarrolla la producción porcina. 

El circovirus porcino no tiene potencial zoonótico y no afecta a otras especies. Sólo se ha identificado la enfermedad en cerdos y jabalíes. 

La principal ruta de transmisión del PCV2 es la oronasal, aunque también se ha encontrado el virus en secreciones nasales, materia fecal, saliva, orina, leche e incluso semen. La infección transplacentaria puede ocurrir, pero la importancia y el alcance de esta vía de transmisión no está del todo clara. 

Las enfermedades producidas por PCV2 son enfermedades multifactoriales. Por esta razón, los esfuerzos para su control deben incluir, además de la vacunación, eliminación de los cofactores ambientales y de manejo que podrían desencadenar las presentaciones clínicas.

Prevención del circovirus porcino tipo 2

La incorporación de la vacuna comercial generó una mejora muy marcada en los establecimientos porcinos tanto en reducción de la enfermedad, como en la mejora de los índices productivos. Es por ello que, en la actualidad, es una de las herramientas de prevención más utilizada en la producción porcina. 

Existe una amplia variedad de vacunas comerciales disponibles que confieren protección a los desafíos naturales frente a los distintos genotipos de PCV2. Entre ellas se incluyen vacunas con circovirus tipo 2 inactivados, a subunidad basados en el producto de expresión del segmento ORF2 (del inglés open reading frame) y baculovirus recombinantes como vectores del segmento ORF2. Este segmento (ORF2), codifica para una proteína de la capside viral altamente inmunogénica que tiene la capacidad de estimular el sistema inmune del animal y generar una respuesta protectora, por lo que se ha incluido en las vacunas comerciales. 

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A pesar del complejo escenario que representa la epidemiología de PCV2, que incluye modificaciones en los genotipos prevalentes (inicialmente PCV2a, luego PCV2b y actualmente PCV2d), con la posibilidad de diferentes variantes circulando en las granjas e incluso infecciones naturales del virus, la efectividad de las vacunas comerciales basadas en PCV2a sigue vigente. La amplia información obtenida a partir de análisis experimentales y de campo demuestran la protección cruzada frente a desafíos con genotipos heterólogos en animales inmunizados con vacunas monovalentes (PCV2a). Con respecto a esto, diversos estudios publicados indican que no hay evidencia de mayor protección en animales inoculados con vacunas comerciales basados en PCV2a al desafiarse con variantes genotípicas diferentes (PCV2b, PCV2d) (Jeong et al., 2015; Opriessnig, Gerber, Xiao, Halbur, et al., 2014; Opriessnig, Gerber, Xiao, Mogler, et al., 2014). Como resultado, las vacunas resultaron ser protectoras ya que previnieron la enfermedad clínica, disminuyeron la viremia y la excreción viral. También, lograron reducir las lesiones y estimularon una fuerte respuesta inmune adquirida del tipo humoral y celular (Opriessnig et al., 2020).  A diferencia de esto, los estudios que utilizan vacunas experimentales multivalentes (basadas en más de un genotipo) han sido basados en análisis in silico, por lo que su alcance resulta limitado, más aún frente a la complejidad epidemiológica del circovirus porcino (Bandrick et al., 2020).

Más allá del tipo de vacuna que se utilice, es necesario garantizar los factores asociados a la vacunación como las condiciones de conservación, transporte y aplicación, así como también, diseñar un esquema estratégico (según los niveles de anticuerpos maternales) para preservar la eficacia de esta valiosa herramienta. Es muy importante chequear estos criterios ante una falla en la vacunación, ya que pueden causar una reducción en la eficacia de la respuesta, que muchas veces es atribuida a la vacuna.

Existen diversos esquemas de vacunación para la circovirosis porcina, según la dinámica de la infección y las presentaciones de PCV2 en la granja. De este modo, se ha reportado que la vacunación en cerdas y en lechones posee beneficios para un control continuo de PCV2.

-La vacunación en las madres tiene el objetivo de prevenir las presentaciones de PCV2 en los lechones, por transferencia pasiva de inmunidad, y también, de proteger a las madres contra la enfermedad reproductiva.

-La vacunación en lechones al destete (desde las 3 semanas) genera una inmunidad protectora y duradera sobre el animal que está bajo el riesgo de infección. En relación a esto, existen diferentes estrategias de vacunación según los niveles de anticuerpos maternos esperados. En los casos con altos niveles de anticuerpos maternales se recomienda adelantar la primera inoculación a los primeros días de vida y realizar un refuerzo a las 2-3 semanas posteriores.

Dentro de las vacunas disponibles, se destaca la formulación que utiliza una nueva vía de administración, la vía intradérmica. Esta vacunación, indujo una fuerte y duradera respuesta inmune en los cerdos frente a la infección con un genotipo diferente de PCV2, sin reacciones locales y contemplando el bienestar animal (Sno et al., 2016).

Las enfermedades producidas por PCV2 son enfermedades multifactoriales. Por esta razón, los esfuerzos para su control deben incluir, además de la vacunación, eliminación de los cofactores ambientales y de manejo que podrían desencadenar las presentaciones clínicas. 

Diagnóstico 

El PCV2 es un virus de presentación ubicua, por lo que la identificación del mismo en los animales no indica que sea el causante de la enfermedad. Por esta misma razón, la serología no puede ser utilizada como única herramienta diagnóstica, ya que se ha reportado la presencia de anticuerpos anti-PCV2 en la mayoría de las granjas comerciales (Segalés, 2012).  

El diagnóstico de la circovirosis porcina debe basarse en diversos criterios. Depende de la manifestación clínica de PCV2 (enfermedad sistémica, síndrome de dermatitis y nefropatía porcina o enfermedad reproductiva) y se debe tener en cuenta: 

  • la clínica, 
  • las lesiones histopatológicas en los órganos de los animales afectados, 
  • los factores desencadenantes y, 
  • la identificación del agente. 

La cuantificación del virus (a través de medición de su material genético) por PCR cuantitativa (qPCR) es de gran utilidad diagnóstica, ya que se han correlacionado los niveles de PCV2 presentes en los tejidos con la severidad de las lesiones histopatológicas. 

En conclusión, la circovirosis porcina (PCV2) es una enfermedad con graves consecuencias para la industria porcina. La prevención es fundamental, es por ello que veterinarios y productores deben trabajar de la mano y estar al día con los programas de vacunación.

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Bibliografía

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  • Opriessnig, T., Gerber, P. F., Xiao, C. T., Mogler, M., & Halbur, P. G. (2014). A commercial vaccine based on PCV2a and an experimental vaccine based on a variant mPCV2b are both effective in protecting pigs against challenge with a 2013 U.S. variant mPCV2b strain. Vaccine, 32(2), 230–237. https://doi.org/10.1016/j.vaccine.2013.11.010
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