Porcicultura

Gripe porcina: Síntomas, contagio y tratamiento

La gripe porcina es una enfermedad respiratoria vírica que afecta al cerdo y es producida por el virus Influenza A. Esta enfermedad puede asociarse con otros patógenos dentro del complejo respiratorio porcino. Es una patología de importancia mundial debido a su potencial zoonótico y a las grandes pérdidas económicas que produce. 

Características del virus de la influenza porcina

Este patógeno es un virus ARN, altamente variable y posee particularidades que complican su control. En concreto, los mecanismos de reasociación genética que este virus conserva, facilitan la acumulación de mutaciones generando nuevos subtipos virales. La hemaglutinina (HA) y neuraminidasa (NA) son las proteínas de superficie que conforman el virus. La combinación de las mismas definirá el subtipo de influenza (por ejemplo, H1N1).  

El virus de la influenza porcina se replica únicamente en el epitelio del tracto respiratorio del cerdo y su excreción ocurre exclusivamente por la vía respiratoria. Este patógeno produce bronconeumonía y lesiones características de las neumonías virales. Las áreas pulmonares más involucradas suelen ser las cráneo ventrales, las cuales se palpan más firmes y se observan de color púrpura.

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Gripe porcina, síntomas de la enfermedad

Este virus es uno de los principales agentes involucrados en brotes de enfermedades respiratorias agudas en cerdos con alta morbilidad y baja mortalidad. Posee un breve período de incubación (1 a 3 días) y en caso de que no se complique con infecciones secundarias, se observa una recuperación de los animales en 5 a 7 días. Así pues, los síntomas de la gripe porcina incluyen fiebre alta, anorexia, inactividad, disnea y tos. El síndrome febril puede producir, en ocasiones, alteraciones reproductivas como abortos, repeticiones de celo, o baja en la calidad seminal en los reproductores machos afectados. 

La presentación de los síntomas dependerá de factores relacionados con el animal, el ambiente y las características del virus involucrado. Según esto, la enfermedad puede presentarse de forma epidémica (donde los síntomas son evidentes), endémica (con una sintomatología más leve) o subclínica.  

¿Cómo se contagia la gripe porcina?

La ruta primaria de contagio de la gripe del cerdo es a través del contacto directo con secreciones oronasales infectadas. También se ha reportado la presencia del virus de influenza en aerosoles en brotes de granjas afectadas. Las fuentes de contagio indirecto pueden ser aves, otros cerdos o humanos infectados, así como también fómites contaminados.

Para disminuir o prevenir la transmisión de esta enfermedad viral se recomienda restringir el movimiento de animales en establecimientos afectados y mantener estrictas normas de bioseguridad e higiene en la granja.

Diagnóstico de la influenza porcina

El diagnóstico de la gripe porcina se realiza por una combinación de herramientas, como la clínica, serología y biología molecular, ya que no existen síntomas patognomónicos. La identificación del virus es posible mediante el aislamiento viral o por el hallazgo de su material genético mediante RT-qPCR. 

Para un diagnóstico eficaz, es necesario tomar precauciones y recaudos al momento de la toma y remisión de muestras para permitir un resultado fiable, ya que el virus es muy sensible a la temperatura. La secuenciación e identificación de la variable del virus circulante en cada establecimiento brinda información clave para la toma de decisiones. 

También, se encuentran disponibles análisis que detectan anticuerpos específicos para este virus y que brindan información sobre la cinética de la enfermedad en la granja. El clásico test de la inhibición de la hemoaglutinación se utiliza para evaluar los niveles de anticuerpos neutralizantes. 

Prevención y tratamientos para la gripe porcina

Debido a las características del virus, el control de esta enfermedad requiere combinar estrategias para mitigar su efecto, como la bioseguridad y la vacunación. La efectividad de la vacuna para la gripe porcina dependerá del tipo utilizado, pero, sobre todo, la misma debe contener las cepas circulantes en el establecimiento para generar una respuesta inmune protectora. 

El uso de antiinflamatorios en animales con sintomatología de influenza porcina produce una mejora del cuadro clínico en general y disminuye el daño en los tejidos. También pueden utilizarse antibióticos en el caso de sospecha de infecciones bacterianas secundarias.

Bibliografía:

  • Mancera Gracia JC, Pearce DS, Masic A and Balasch M (2020) Influenza A Virus in Swine: Epidemiology, Challenges and Vaccination Strategies. Front. Vet. Sci. 7:647. doi: 10.3389/fvets.2020.00647  
  • Olsen CW, Brown IH, Easterday BC. Swine influenza. En: Zimmerman JJ, D’Allaire S. editores. Disease of Swine 12nd. Blackwell Publisher, Iowa, USA, 469-82, 2006a.