Ganadería

Vacunación contra la fiebre aftosa del ganado bovino: entienda su importancia para la salud animal

29 junio 2021

Debido al mercado de mataderos del siglo XIX, hubo una gran demanda de importación de ganado europeo a la Provincia de Buenos Aires, Argentina, a la Región Central de Chile, Uruguay y Sur de Brasil. Esto desencadenó la aparición de la fiebre aftosa (una enfermedad viral) en Latinoamérica. Esta enfermedad se propaga fácilmente, provocando vesículas (aftas) en el cuerpo de cerdos, bovinos, ovinos, búfalos, cabras, entre otros animales.

La vacunación contra la fiebre aftosa se ha vuelto indispensable para la actividad agrícola. Los ganaderos brasileños de casi todos los estados están obligados a vacunar contra la enfermedad y, como resultado, ha habido una disminución del contagio, especialmente en animales biangulados (con pezuñas hendidas), que tienen más probabilidades de contraer la enfermedad.

La fiebre aftosa del ganado bovino y sus riesgos

La fiebre aftosa, grave o mortal, es una enfermedad zoonótica causada por un virus de la familia Picornaviridae, que tiene una fuerte tendencia a la mutación genética.

Los síntomas más comunes de la fiebre aftosa que se  observan en los animales son:

• Fiebre;

• Vesículas (aftas) que se rompen, sueltan un líquido opaco y dejan heridas rojas;

• Escalofríos;

• Reducción de la producción de leche;

• Cardiopatía;

• Sialorrea

• Falta de apetito;

• Cojera;

• Abortos;

• Muerte, especialmente de animales jóvenes.

En 2002, hubo un brote de fiebre aftosa en Paraguay y Argentina, y en 2005, el foco de transmisión llegó a Brasil. La Revista Ciencia Animal Brasileña (CAB) realizó un estudio sobre los impactos en las importaciones de carne de res brasileña y afirma que la enfermedad es una barrera sanitaria para el comercio internacional, lo que conlleva a altas inversiones para su control y graves pérdidas en casos de brote.

“Las propiedades que tienen animales infectados con fiebre aftosa deben ser clausurados y sus animales serán sacrificados, y otros animales que hayan entrado en contacto con dichos animales también. Yo diría que el gran aporte de la vacuna es no permitir que los animales se enfermen, evitando así la inmensa pérdida que podría causar la enfermedad”, explica Marcos Donizete da Silva, investigador y estudiante de doctorado en el programa de posgrado en Ciencia Animal y Pastos, de ESALQ/USP.

Según el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil, en caso de que exista alguna sospecha de enfermedad vesicular, como la fiebre aftosa, el productor tiene la obligación de notificar su caso de inmediato. Además, debe entrar en contacto con el Servicio de Defensa de la Salud Animal de su estado a través de las oficinas de servicios comunitarios locales.

Cabe destacar también que el Centro Panamericano de Fiebre Aftosa (PANAFTOSA), que forma parte del Programa de Salud Pública Veterinaria de la Organización Panamericana y Mundial de la Salud, especifica que, para garantizar la seguridad alimentaria, todos los participantes de la cadena productiva tienen el deber de realizar una producción segura. Esto quiere decir que es necesario actuar en conjunto por la seguridad, cultivar alimentos inocuos, consumir alimentos con cuidado y que es deber de los gobiernos garantizar esta protección.

¿Por qué la vacuna contra la fiebre aftosa es tan importante?

La evolución de la producción y venta de carne de América Latina al resto del mundo es evidente. Muchos de estos países son responsables de las exportaciones de carne de vacuno al mercado europeo, algo que se espera que crezca un 80% en 2050 en el escenario agrícola, según un estudio de la Revista de Economía y Sociología Rural. De manera que la vacunación contra la fiebre aftosa se considera una inversión, tanto para el bienestar animal como para el incremento de la producción.

Según el profesor Gian Stefani Pacola, magíster en Epidemiología Experimental Aplicada a las Zoonosis, por el VPS-FMVZ/USP, la fiebre aftosa es considerada una de las zoonosis de mayor importancia económica para Brasil, por lo que desde 1950 se estudia una solución para su erradicación.

“En ese entonces, el gobierno ofreció ayuda con programas para fomentar mejoras en la fabricación de vacunas. Se invirtió en infraestructura de laboratorio para diagnóstico, identificación de áreas libres con o sin vacunación y control en tránsito de animales. Esto no solo dio lugar a varios programas de control y erradicación, sino que también proporcionó un mejor conocimiento acerca de la epidemiología de la enfermedad desde entonces”, explica el profesor.