Avicultura

¿Qué enfermedades de las gallinas de carácter respiratorio afectan la cáscara del huevo?

23 diciembre 2021

Cualquier enfermedad de las gallinas puede afectar la producción de la granja, puesto que compromete la salud del ave. Sin embargo, algunas enfermedades causan daños que están específicamente relacionados con pérdidas económicas. Tal es el caso de las enfermedades respiratorias que afectan la cáscara del huevo: bronquitis infecciosa, enfermedad de Newcastle, Síndrome de Caída de la Postura y las desencadenadas por las bacterias Mycoplasma gallisepticum y Mycoplasma synoviae.

Las enfermedades respiratorias en gallinas son la principal causa de pérdidas económicas en la avicultura

Según el médico veterinario especialista en avicultura Antonio López, «en la industria avícola, las enfermedades respiratorias son las causas de mayor impacto en pérdidas económicas debido a las alteraciones en la calidad de la cáscara del huevo, ya que contribuyen a una disminución significativa de la producción y se producen huevos de baja calidad, que comercialmente poseen un valor mucho más bajo o no se pueden comercializar».

Cómo la cáscara del huevo se ve afectada por las enfermedades en las gallinas

Entre las enfermedades respiratorias más importantes que tienen como efecto secundario el daño a la cáscara del huevo, se encuentran los agentes infecciosos de origen viral, como el Coronavirus (causante de bronquitis infecciosa), y de origen bacteriano al Mycoplasma gallisepticum (causante de enfermedad crónica respiratoria). Estos agentes se destacan como grandes amenazas para la producción. Además de los síntomas del tracto respiratorio, las cáscaras de los huevos sufren alteraciones en la formación, el color, el grosor, entre otros, es decir, una disminución de la calidad del huevo en general.

«El coronavirus posee un tropismo importante hacia el oviducto, causando grandes daños en toda su estructura, pudiendo incluso ocasionar atrofia de este tejido. Es el virus que posee la mayor incidencia en la industria avícola, afectando la calidad del huevo, alterando la coloración de la cáscara, provocando deformidades y alterando la calidad interna, modificando la densidad de la clara, haciéndola más acuosa. El Mycoplasma gallisepticum afecta el tracto respiratorio y reproductivo, es decir, es sistémico. Es una bacteria que afecta también la calidad de la cáscara del huevo, produciéndose huevos con cáscara más delgada, causando aumento en la fragilidad y pudiendo alterar también la coloración de la cáscara».

Estos problemas hacen que los huevos se vuelvan demasiado frágiles y quebradizos, imposibilitando su comercialización. El veterinario también menciona que, además de las complicaciones sistémicas y la caída en la calidad de la puesta, los huevos pueden romperse en la cavidad abdominal de las gallinas, aumentando la mortalidad de las aves.

La calidad de la puesta debe garantizarse mediante la prevención de enfermedades en las gallinas ponedoras

Como el tratamiento de las enfermedades respiratorias en las aves implica más gastos para la granja y solo existen tratamientos paliativos, la forma más eficaz de controlar los brotes y asegurar la calidad de la puesta es mediante la prevención. La vacunación de las aves es la forma más eficaz de prevenir y controlar la incidencia de enfermedades respiratorias en la granja. El protocolo de la vacuna debe aplicarse junto con las medidas de bioseguridad, ya que las enfermedades del tracto respiratorio tienden a tener altos niveles de propagación.

Por consiguiente, se concluye que al hablar de daño a la cáscara del huevo, los agentes infecciosos como el Coronavirus y Mycoplasma gallisepticum, de la bronquitis infecciosa y la enfermedad respiratoria crónica, respectivamente, son los más alarmantes, ya que provocan una serie de alteraciones en la producción y calidad del huevo. Por otro lado, a pesar de que se destaquen estos dos problemas, otras enfermedades, como la enfermedad de Marek, también están directamente relacionadas con la manifestación de las enfermedades descritas anteriormente. Por tanto, el protocolo de vacunación de la granja debe incluir la prevención de todas estas enfermedades.

* Antonio López es graduado en Medicina Veterinaria y posee una especialización en Avicultura de la Universidad Central de Venezuela. Tiene más de 20 años de experiencia en el sector avícola en Latinoamérica y es colaborador de MSD Salud Animal.