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Síntomas de la enfermedad de Newcastle y cómo detectar la presencia del virus en una granja

8 diciembre 2021

La enfermedad de Newcastle es aguda, viral y muy contagiosa. Popularmente conocida como una enfermedad de las gallinas, la enfermedad de Newcastle también puede afectar a las aves silvestres, sin embargo, la proximidad de los animales en las granjas es un factor de riesgo importante de transmisión y aumenta exponencialmente el riesgo de infecciones. Hablamos con el Doctor en Veterinaria Eduardo Melo sobre los síntomas y diagnóstico de esta enfermedad. ¡Siga leyendo para saber más!

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La enfermedad de Newcastle es un desafío porque es altamente contagiosa y presenta síntomas similares a los de otras enfermedades infecciosas

Enfermedad de Newcastle: los síntomas no son la confirmación del diagnóstico

El virus que causa la enfermedad de Newcastle afecta los sistemas respiratorio, gastrointestinal y nervioso. Los principales síntomas incluyen secreción nasal, diarrea, depresión, falta de apetito y parálisis parcial o total de las patas, alas y pescuezo. «Tanto los signos clínicos como la patogenicidad dependerán de las cepas, que se clasifican en velogénicas, mesogénicas y lentogénicas. En el sistema, el virus se une a la célula e interactúa con una glicoproteína en su pared celular y la penetra, donde se reproduce y acaba destruyendo la célula», explica Eduardo.

Existe una dificultad para detectar la enfermedad de Newcastle debido a que sus signos clínicos son los mismos que los de otras enfermedades respiratorias infecciosas, como la bronquitis y la enfermedad respiratoria crónica. Por lo tanto, el diagnóstico no puede realizarse considerando solo signos clínicos aislados. Ante la sospecha, la detección de la enfermedad debe confirmarse mediante pruebas serológicas y/u otras técnicas de diagnóstico, como la PCR.

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El alto riesgo de transmisión y la disminución de la productividad son desafíos de la enfermedad de Newcastle

Las enfermedades virales son un desafío porque tienen un alto riesgo de contagio. La principal forma de transmisión de la enfermedad de Newcastle es por vía fecal-oral y por inhalación, mediante el contacto con animales infectados. Las gallinas enfermas expulsan el virus a través de las secreciones respiratorias y las heces, infectando a otras aves que se encuentran en el mismo ambiente.

La infestación de la enfermedad de Newcastle en una granja puede tener una tasa de mortalidad del 100%, pero generalmente alcanza un promedio del 50% en las gallinas adultas y del 90% en las jóvenes. Incluso cuando la enfermedad no es letal, provoca pérdidas significativas en la producción de la granja. Uno de los principales efectos secundarios de la enfermedad de Newcastle es la drástica reducción de la producción de huevos. «Por tratarse de una patología que puede afectar a varios sistemas del organismo. En animales comprometidos, el sistema fisiológico se debilita, provocando alteraciones. El daño al epitelio gastrointestinal reducirá la absorción de nutrientes, en consecuencia, el ave estará menos nutrida, perderá peso y reducirá la productividad», explica el veterinario.

La vacunación y las medidas sanitarias son fundamentales para prevenir y controlar las infecciones

Las pérdidas provocadas por la enfermedad de Newcastle subrayan la importancia de actuar de forma preventiva para reducir los riesgos de infección. Medidas de bioseguridad mejoradas, como el aislamiento de las instalaciones para evitar el contacto con aves silvestres, son esenciales. «Ambiente controlado, [ave infectada] aislada del contacto con otros animales, acceso restringido de personas, adquisición de animales de buenos planteles, buenas prácticas de manejo sanitario y vacunación», concluye Eduardo.

Además de las vacunas vivas liofilizadas y vacunas inactivadas contra la enfermedad de Newcastle, que se pueden usar en todas las gallinas de granja, también existe una opción de vacunas vectorizadas para las gallinas de engorde, ponedoras y reproductoras que combinan la protección contra las enfermedades de Marek, Newcastle y Gumboro.

* Eduardo Melo (CRMV-SE: 304) es graduado, maestro y doctor en Medicina Veterinaria de la Universidad Federal de Campina Grande (UFCG).