Ganadería

¿Cuáles son los síntomas del botulismo bovino? Aprenda a identificarlos

10 junio 2021

El proceso de intoxicación que causa el botulismo puede suceder en mamíferos (incluso en humanos), aves y algunos peces. De hecho, es una de las principales enfermedades que afecta a las aves migratorias. El botulismo bovino, específicamente, es una gran preocupación en la ganadería de todo el mundo, debido a sus significativos niveles de mortalidad y, consecuentemente, grandes impactos sanitarios y económicos. Continúe la lectura para conocer más sobre esa enfermedad y sus síntomas.

Botulismo bovino
Para evitar que el ganado sufra síntomas de botulismo bovino, es necesario que los animales sean vacunados contra la enfermedad

¿Qué es el botulismo?

El botulismo es una enfermedad causada por la intoxicación con la neurotoxina C o D producida por la bacteria Clostridium botulinum. Esta bacteria se encuentra en la microbiota intestinal y en las heces de los animales y, cuando encuentra condiciones favorables, produce la toxina botulínica y contamina el suelo, las fuentes de agua y los alimentos. La toxina también puede encontrarse en los caparazones de los animales e incluso en heridas profundas; básicamente, en lugares donde la bacteria encuentra condiciones ideales para germinar.

Los animales que tienen deficiencia de fósforo practican osteofagia (consumo de huesos) como una forma instintiva de suplementar este mineral. Esta práctica es la principal responsable de la intoxicación en vacas con más de dos años de edad, gestantes o lactantes y con buena condición corporal. Sin embargo, cuando la toxina contamina el suelo, el agua y los alimentos, todos los animales están en riesgo. La transmisión puede suceder durante todo el año, pero los brotes son más frecuentes en los períodos de lluvia y en verano, ya que los bajos niveles de fósforo en el suelo y la temperatura son factores que favorecen la formación de la toxina botulínica.

Síntomas de botulismo en bovinos

El plazo de incubación de esta bacteria depende de la cantidad de toxina ingerida y varía de 12 horas a 18 días. Los síntomas suelen aparecer entre tres y siete días, además de los casos hiperagudos de muerte súbita.

El daño más fácilmente identificable de la enfermedad es la parálisis progresiva de los nervios motores, la cual es irreversible. Los animales empiezan a presentar dificultad al moverse, inquietud, falta de coordinación, caminar inestable, ataxia e incapacidad de levantar o erguir la cabeza, hasta quedarse la mayor parte del tiempo acostados y rehusarse a beber y a comer. La muerte sucede por parálisis respiratoria.

El diagnóstico se hace por medio de la detección de la toxina botulínica en el tracto gastrointestinal del animal. Sin embargo, el examen de laboratorio no es completamente confiable, porque el resultado negativo puede significar que la toxina ya actuó y se eliminó. También es importante identificar la fuente de infección.

Prevención del botulismo bovino

Los estudios epidemiológicos del brote de botulismo bovino que ocurrió en la década del 90 en Colombia fueron muy importantes para la estructuración de una estrategia de control de la enfermedad. Aunque episodios como ese no fueran nuevos para la región, esa vez se observó que el brote indicaba un desequilibrio ambiental. Como el consumo de huesos es uno de los principales factores de intoxicación y ese hábito puede estar relacionado con la deficiencia de fósforo, cierta parte de la prevención está en el manejo correcto de cadáveres y también en el suplemento de minerales en el suelo (la cual influye en la calidad del pasto) y en la alimentación de los animales.

Con esas prácticas altamente recomendadas, la principal forma de prevención del botulismo es la vacuna. El estudio «Quantitative Analysis of Levels of Serum Immunoglobulin G against Botulinum Neurotoxin Type D and Association with Protection in Natural Outbreaks of Cattle Botulism» (Análisis Cuantitativa de los Niveles de Inmunoglobulina G Sérica contra la Neurotoxina Botulínica del tipo D y Asociación con Protección en Brotes Naturales de Botulismo Bovino», en español), hecho en Israel, indicó que el riesgo de intoxicación botulínica en un rebaño de animales no vacunados durante un brote de la enfermedad es del 96% de los seis a los 24 meses de edad.

La vacuna es formulada con toxoides de Clostridium botulinum de tipos C y D adsorbidos en gel de hidróxido de aluminio y es de administración subcutánea con dosificación de 5 ml para bovinos. La primera dosis debe aplicarse desde los 4 meses de edad, con intervalo de cuatro semanas para la segunda dosis. Tras las dos primeras dosis, la vacunación se debe realizar cada 12 meses.