Porcicultura

Peste porcina africana: medidas para prevenir brotes de la enfermedad

17 diciembre 2021

La peste porcina africana (PPA) es una enfermedad viral y altamente contagiosa que afecta solo a los cerdos, sin embargo, la mayor preocupación es con los cerdos domésticos. La enfermedad fue descubierta a principios del siglo XX y ganó mayor relevancia cuando saltó de África a Europa en la década de 1960, pero a fines de la década de 1990 se consideró una enfermedad erradicada. Aunque en años posteriores no se reportaron brotes de PPA, en 2007 la enfermedad se volvió a identificar en Europa del Este, desde donde se propagó a Asia, llegando a China en 2018. En julio de 2021, tuvimos el primer caso confirmado en República Dominicana, y luego en Haití, lo que marca la llegada de la peste porcina africana a las Américas.

fiebre porcina africana
La peste porcina africana es altamente letal y contagiosa, y deben tomarse medidas preventivas para evitar brotes de enfermedades y pérdidas económicas

El peligro de la peste porcina africana es tal que la enfermedad debe notificarse obligatoriamente a los órganos oficiales nacionales e internacionales de control de la sanidad animal. La enfermedad no tiene cura y genera inmensas pérdidas económicas, puesto que es una enfermedad silenciosa que se propaga rápidamente en las granjas y puede causar un 100% de mortalidad en la piara afectada. Además, otra situación agravante es que un brote local significa el fin de las exportaciones de carne de cerdo a países que confirman la presencia de la enfermedad. Es decir, un impacto para la economía agrícola donde esta actividad es importante. Como ejemplo, tenemos lo que le sucedió a Alemania, uno de los ex grandes exportadores de carne de cerdo del mundo. Para aumentar la conciencia sobre el tema y reforzar las medidas preventivas, hablamos con el médico veterinario y maestro en Ciencias Veterinarias Diogo Luiz Fontana.

La peste porcina africana es más peligrosa que otras enfermedades virales

Las enfermedades causadas por virus tienden a transmitirse fácilmente. Cuando se habla de peste porcina africana, surge la pregunta: ¿qué hace que la PPA sea altamente contagiosa y más peligrosa que otras enfermedades virales? El veterinario explica: “El ciclo epidemiológico de la enfermedad, la transmisión por contacto directo entre cerdos infectados y susceptibles (domésticos o salvajes) y la presencia de vectores facilitan la transmisión de la PPA”.

Fontana también afirma que el virus tiene características que permiten la rápida propagación de la enfermedad: “Principalmente por su estabilidad a diferentes temperaturas y pH (4 a 10). Por ejemplo, el virus no se inactiva mediante la refrigeración o la maduración de la carne. Este puede permanecer infeccioso durante 15 semanas en carnes refrigeradas y congeladas, y entre 3 y 6 meses en jamones y embutidos curados crudos o ahumados, lo que facilita la transmisión del virus entre diferentes granjas, regiones e incluso países». Cabe destacar que la peste porcina africana se caracteriza por ser una enfermedad silenciosa, por lo que, cuando se confirma el primer caso, el virus ya se ha establecido en el rebaño porcino.

La mortalidad por peste porcina africana puede alcanzar el 100% en la cría de cerdos

La peste porcina africana puede manifestarse de diferentes formas clínicas: aguda, subaguda y crónica. »La gravedad de la enfermedad está relacionada con diferentes factores, como la virulencia de la cepa viral (hay 24 genotipos diferentes), la vía y dosis de infección y el estado inmunológico de los animales afectados». La forma más grave de la enfermedad es la aguda, que culmina con la muerte súbita del animal con pocos o ningún signo clínico dentro de los cuatro a diez días posteriores a la infección.

»La forma aguda también se caracteriza por fiebre alta (40º C a 42º C), pérdida de apetito, letargo, hemorragias en la piel (especialmente extremidades como orejas y patas) y órganos internos como bazo, vejiga, riñones y ganglios linfáticos. La tasa de mortalidad puede llegar al 100%. En la forma crónica, los signos clínicos son menos intensos y, a menudo, inespecíficos, como pérdida de peso, fiebre leve, dificultad respiratoria, úlceras y necrosis de la piel, artritis e hinchazón de las articulaciones. Tiene una baja tasa de mortalidad en comparación con la forma aguda», detalla el veterinario.

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Importancia de confirmar el diagnóstico y notificar el caso

Las cepas menos virulentas pueden producir signos clínicos leves e inespecíficos, especialmente si se comparan con la forma aguda de la enfermedad, lo que hace que el cuadro se confunda con otras enfermedades. En el primer momento de sospecha de peste porcina africana, el primer paso es notificar a los órganos de control de la sanidad animal competentes. Posteriormente, se debe recolectar el material y enviarlo para su diagnóstico, confirmando o descartando la peste porcina africana en función del resultado obtenido. »Es importante destacar que todo este proceso de recolección y envío de material debe realizarse de forma segura para prevenir la propagación de la enfermedad, siguiendo el protocolo establecido por los órganos competentes, y realizando las pruebas en laboratorios autorizados y oficiales», añade el médico veterinario.

Si bien no existe una vacuna contra la peste porcina africana, las medidas de bioseguridad tienen un carácter preventivo

Uno de los mayores desafíos en la lucha contra la peste porcina africana es que las vacunas para combatir la enfermedad aún se encuentran en las fases de estudio y mejora, lo que dificulta el control y hace que la enfermedad sea extremadamente grave. Otro punto que hace que la enfermedad sea desafiante es que los animales recuperados se vuelven portadores del virus, es decir, siguen replicando el patógeno y transmitiendo la enfermedad a otros animales, ya que la principal vía de transmisión es a través del contacto directo entre cerdos infectados y cerdos susceptibles. Estos factores apuntan a la urgente necesidad de seguir medidas preventivas contra la peste porcina africana. El enfoque preventivo es el camino más eficiente e inteligente a seguir, porque un brote de PPA no provoca inmensas pérdidas económicas solamente en la granja, pero si para todo el país y región afectada.

«Las medidas de bioseguridad son fundamentales para prevenir la entrada y salida de la enfermedad en una granja, es decir, su contaminación y transmisión. La notificación rápida de la enfermedad a los organismos oficiales, con el consiguiente diagnóstico asertivo, es importante para la toma de decisiones sobre los próximos pasos. Dependiendo del protocolo establecido en la región donde se ubica la granja, el sacrificio sanitario con la disposición de todos los animales del rebaño, así como las canales de este sacrificio, puede ser la opción de control a utilizar», dice Fontana.

El veterinario también cita las medidas de bioseguridad que se deben implementar para prevenir y controlar la peste porcina africana: «Limpieza y desinfección completas de las instalaciones infectadas, control de vectores, controles y registro de movimientos porcinos y vigilancia permanente para prevenir la reinfección y transmisión de la enfermedad», concluye.

Por consiguiente, se concluye que la peste porcina africana es una de las mayores amenazas para la cría de cerdos. Los altos índices de contaminación y mortalidad de la enfermedad demuestran que la notificación de casos sospechosos y la prevención, realizada con medidas de bioseguridad hasta que se descubra una vacuna, deben ser seguidas estrictamente por la granja. La peste porcina africana es un ejemplo alarmante, pero el protocolo de garantía del bienestar animal debe ser siempre una prioridad, y la granja de cerdos debe estructurarse con ese objetivo para evitar una serie de otras enfermedades y desafíos en la producción.

* Diogo L. Fontana es graduado en Medicina Veterinaria de la Universidad Federal de Paraná (UFPR), posee una especialización en Porcicultura de la Universidad Tuiuti do Paraná (UTP) y una maestría en Ciencias Veterinarias de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (UFRGS). Actualmente es Gerente Técnico de Porcicultura en MSD Salud Animal – (Centroamérica, Caribe y Ecuador)