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Panleucopenia felina: Qué es, síntomas y tratamiento

La panleucopenia felina es una enfermedad severa que afecta a gatos domésticos y silvestres. Su diagnóstico causa gran preocupación entre médicos veterinarios y propietarios ya que, usualmente, se asocia con un pronóstico desfavorable y alta mortalidad (30-50%). 

Es una enfermedad viral altamente contagiosa. Los animales susceptibles pueden infectarse al estar en contacto con orina, heces y secreciones nasales. Además, este virus puede sobrevivir por largos periodos en el ambiente y ser transmitido por fómites, por eso la higiene es clave para evitar brotes a gran escala.

La severidad de los signos puede variar según la edad del gato, más aún si hay coinfección con otros virus, bacterias o parásitos. En muchas ocasiones los pacientes más jóvenes presentan un cuadro clínico severo y pronóstico reservado. La vacunación ayuda a proteger contra la panleucopenia en gatos. 

¿Qué es la panleucopenia felina?

Conocida también como parvovirus felino, es una enfermedad infecciosa de origen viral. Tal como lo indica su nombre, es causada por un parvovirus que infecta principalmente a gatos y otras especies de la familia felidae.

El virus causante de la panleucopenia es altamente contagioso y, además, es resistente a varios métodos de desinfección física y química. Es importante destacar que, en ambientes contaminados, este virus sobrevive en su forma infecciosa por periodos prolongados de tiempo, por días o incluso meses. Esto aumenta el riesgo de infección para animales susceptibles que se encuentren en dichos entornos. 

Panleucopenia felina: Síntomas

La principal vía de transmisión del virus es fecal-oral; una vez esto ocurre, el virus se replica en la orofaringe y desde allí se distribuye a los demás tejidos causando infección sistémica. El virus afecta de forma preferencial a las células linfoides y en replicación activa en el tracto gastrointestinal, los ganglios linfáticos, la médula ósea y el feto en desarrollo, de allí sus principales signos asociados a enteritis, inmunosupresión y daño en tejidos fetales en hembras gestantes. 

El compromiso de la médula ósea tiene un marcado efecto en la producción de los glóbulos blancos (granulocitos, monocitos y linfocitos). De allí viene el término panleucopenia, pues la reducción severa en el conteo de glóbulos blancos es uno de los hallazgos más sugerentes de esta enfermedad.

Los primeros síntomas de la panleucopenia felina son generales y pueden ser similares a otras enfermedades como la salmonelosis, campilobacteriosis, la pancreatitis o infecciones por el virus de la leucemia felina [ViLeF] o inmunodeficiencia felina [VIF]. Estas incluyen: depresión, fiebre, anorexia, letargia, deshidratación y descarga nasal. Una vez la infección está establecida, los signos clínicos se relacionan con el tejido y tipo de células afectadas. Los más comunes son:

  • Diarrea y vómito, por el daño de las vellosidades intestinales y la enteritis.
  • Linfopenia y neutropenia, por el daño en la médula ósea, apoptosis de los linfocitos y atrofia del timo.
  • Aborto, en casos de transmisión intrauterina.
  • Ataxia, en casos de transmisión perinatal o tras el compromiso del sistema nervioso central, lo cual produce síndrome de ataxia felina por daño del cerebelo. 
  • Sepsis, por translocación bacteriana. 

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Manejo de la panleucopenia felina y tratamiento

Además de la reducción severa en el conteo de glóbulos blancos (0.05-3 x 109/l), es posible encontrar otros cambios menos específicos como la hipoalbuminemia, hipocloremia e hiponatremia producto de los signos gastrointestinales. Las pruebas rápidas que detectan el antígeno viral son, usualmente, la base del diagnóstico de laboratorio. El tratamiento de la panleucopenia felina se enfoca en el manejo sintomático y el control de infecciones secundarias:

  • Rápida restauración del balance electrolítico: por medio de la hidratación intravenosa (o intraósea). 
  • Tratamiento de infecciones bacterianas secundarias o sepsis: producto de la translocación de bacterias intestinales y facilitada por la inmunosupresión. Dado la severidad del cuadro clínico, se recomienda el tratamiento por vía parenteral usando antibióticos de amplio espectro con efectividad en infecciones por bacterias anaerobias y gram-negativas o, si es posible, con base a un antibiograma (Algunas opciones son: Ampicilina, Amoxicilina/ácido Clavulánico, Fluoroquinolonas y Cefalosporinas).
  • Controlar los signos: en pacientes con vómito severo se recomienda restringir la vía oral temporalmente y administrar antieméticos (Maropitant, Metoclopramida u Ondansetron). 
  • Proveer nutrientes: la nutrición enteral tiene un efecto positivo en la recuperación del paciente, por consiguiente, se debe procurar restaurar el consumo de alimentos lo más rápido posible usando una dieta altamente digerible. En el intermedio, se debe garantizar la nutrición parenteral para evitar que el paciente se deteriore rápidamente.
  • Recuperar la función del sistema inmune: aunque la evidencia en torno a su efectividad es limitada, el interferón omega felino tiene un efecto antiviral e inmunomodulador y se ha sugerido que puede estimular la producción de glóbulos blancos y así, aumentar la supervivencia.2,3
  • Identificar y tratar coinfecciones parasitarias o virales: pueden contribuir al deterioro del paciente.

Un aspecto primordial es el manejo del paciente infectado para evitar casos secundarios. Esto implica que estos pacientes deben ser aislados y se debe prestar mucha atención para disminuir la posibilidad de transmisión indirecta por fómites o por el personal. Una adecuada desinfección es clave. A pesar de su alta resistencia, los desinfectantes a base de ácido peracético, formaldehido, hipoclorito de sodio e hidróxido de sodio pueden inactivar el virus.

Los animales susceptibles, principalmente gatos jóvenes que no consumieron calostro o sin vacunación completa, no deben estar en contacto con animales diagnosticados con panleucopenia. La mejor forma de proteger a los animales susceptibles es la primovacunación completa seguida de la revacunación en los intervalos recomendados. 

Para la vacunación, en general, se recomienda una primera dosis a las 6 -8 semanas seguida de una o dos dosis más en intervalos de 3-4 semanas. Sin embargo, esto depende de la vacuna elegida. La revacunación se recomienda cada 1 – 3 años, según el tipo de vacuna utilizada y los factores de riesgo de cada gato. Las pruebas serológicas se pueden utilizar para monitorear la inmunidad protectora     . 

Albergues y criaderos de gatos pueden requerir esquemas de vacunación más estrictos por el alto riesgo poblacional en este tipo de establecimientos. Sin embargo, la vacunación es el fundamento de una inmunidad adecuada, que puede ayudar a prevenir la infección, reducir su severidad y disminuir la excreción viral.

En resumen, la panleucopenia felina es una enfermedad infecciosa que afecta gravemente a los gatos. Es importante que los médicos veterinarios estén al tanto de los signos clínicos de la enfermedad para realizar un diagnóstico temprano y tratamiento oportuno.

Referencias:

  • Barrs VR. Feline Panleukopenia: A Re-emergent Disease. Vet Clin North Am Small Anim Pract. 2019 Jul;49(4):651-670. doi: 10.1016/j.cvsm.2019.02.006. Epub 2019 Apr 6. PMID: 30967253.
  • Truyen U, Addie D, Belák S, Boucraut-Baralon C, Egberink H, Frymus T, Gruffydd-Jones T, Hartmann K, Hosie MJ, Lloret A, Lutz H, Marsilio F, Pennisi MG, Radford AD, Thiry E, Horzinek MC. Feline panleukopenia. ABCD guidelines on prevention and management. J Feline Med Surg. 2009 Jul;11(7):538-46. doi: 10.1016/j.jfms.2009.05.002. PMID: 19481033; PMCID: PMC7129762.
  • Paltrinieri S, Crippa A, Comerio T, Angioletti A, Roccabianca P. Evaluation of inflammation and immunity in cats with spontaneous parvovirus infection: consequences of recombinant feline interferon-omega administration. Vet Immunol Immunopathol. 2007 Jul 15;118(1-2):68-74. doi: 10.1016/j.vetimm.2007.04.007. Epub 2007 Apr 19. PMID: 17521745; PMCID: PMC7127114.
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