Avicultura

Tipos de vacuna para gallinas y sus diferencias

12 septiembre 2022

Uno de los principales desafíos que enfrenta la industria de la avicultura es el control de enfermedades infecciosas, como la enfermedad de Marek, Newcastle, Gumboro etc. Esto se debe a que las enfermedades en las aves impactan directamente el desempeño zootécnico de los lotes, causando pérdidas económicas considerables. En este sentido, la elaboración de un programa de vacunación adecuado constituye uno de los principales pilares para mantener la bioseguridad en la granja y, por consiguiente, el sistema de creación sustentable. Pero existen varias opciones de inmunizantes en el mercado, lo que puede plantear dudas sobre los tipos de vacunas para gallinas y sus diferencias. Para entender los principales temas respecto de esta materia, conversamos con el médico veterinario y máster en salud avícola César Reyes.

vacunas para gallinas
Las vacunas para gallinas pueden ser vivas o inactivadas, y ambas presentan diferencias en su composición

La diferencia entre las vacunas vivas e inactivadas está en la forma en que se producen los inmunizantes

Hay dos tipos principales de vacunas para aves: las vivas (que pueden ser liofilizadas o congeladas, incluyendo las vectorizadas HVT) y las inactivadas. La primera categoría se caracteriza por inmunizantes creados a partir del patógeno involucrado en la etiología de la enfermedad que se desea combatir. Sin embargo, el antígeno se administra en su forma atenuada o apatógena, lo que permite que las aves desarrollen los anticuerpos necesarios sin presentar el cuadro clínico de la enfermedad.

Las vías de administración de las vacunas vivas en aves pueden ser masivas o individuales. Una opción que facilita el manejo son las virales vivas desarrolladas en pequeñas esferas totalmente solubles que se pueden utilizar en agua de bebida, spray o gota ocular (siendo este último un método de aplicación individual). Esta puede ser una solución para ahorrar tiempo en la preparación y aplicación de las vacunas, especialmente en las granjas con un gran número de animales.

El otro grupo de vacunas para gallinas lo conforman las inactivadas, las cuales, según un artículo de la revista aviNews Brasil, se producen a partir de antígenos inactivados, no replicantes y que pueden ser de bacterias o virus muertos (incluidos fragmentos). Es importante resaltar que, a diferencia de las vacunas vivas, las inactivadas deben aplicarse individualmente a cada ave. Los fabricantes generalmente recomiendan la administración de las dosis por vía intramuscular o subcutánea, sin embargo, es necesario validar el método de aplicación en el prospecto de cada producto.

La vacuna vectorizada para gallinas genera inmunidad celular y humoral

Algunos tipos de vacunas vivas para gallinas disponibles en el mercado utilizan un virus como vector, estas se denominan vacunas vectorizadas. Cesar Reyes explica cómo funciona la tecnología: “Dentro del genoma del virus HVT (herpesvirus de pavo), por ejemplo, se agrega una secuencia genética de otro virus, como el gen VP2 del virus de Gumboro. Por tanto, cada vez que el virus HVT se replique, expresará la proteína VP2. Esto permitirá que el sistema inmunológico sintetice anticuerpos contra esta proteína, generando inmunidad celular y humoral”.

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La vacuna viva liofilizada favorece la síntesis de anticuerpos locales y circulantes

Otro tipo de vacuna viva para la prevención de algunas enfermedades en gallinas es la liofilizada. Según el especialista, “estos inmunizantes fueron manejados a nivel de laboratorio para conferirles características especiales (apatógenas, purificadas en placa, clonadas etc.) y al ser aplicadas a las aves generan inmunidad de mucosas, favorecen la síntesis de anticuerpos tipo IgA y generan una inmunidad humoral leve”.

La vacuna inactivada produce una respuesta inmunológica fuerte y duradera, y generalmente se administra después de la vacuna viva en un programa de vacunación bien estructurado

César afirma que las vacunas inactivadas se presentan en una emulsión que, al ser aplicadas vía inyectable, gracias al adyuvante que llevan, tienen el potencial de despertar una respuesta inmunológica fuerte y duradera. Y que esta inmunidad es de tipo humoral con síntesis de IgY.

Según el médico veterinario, este tipo de vacuna debe administrarse después de la inmunización con la vacuna viva «porque la vacuna viva genera una inmunidad temprana rápida y al mismo tiempo sensibiliza el sistema inmune del ave para que, cuando detecte el antígeno de la vacuna inactivada, dispare una respuesta inmune humoral muy intensa y de larga duración”.

Cómo elegir el tipo de vacuna para gallinas y los cuidados necesarios con el manejo de los inmunizantes

En cuanto a los factores que se deben considerar al elegir el tipo de vacuna para gallinas, César cita algunos de los más importantes: “edad de la parvada, tipo de instalación, nivel de desafío sanitario que enfrenta la zona donde se crían los animales, tipo de ave (ciclo de vida corta o vida larga ) y la reglamentación local vigente”.

El médico veterinario también señala que el manejo incorrecto de las vacunas puede acarrear algunos problemas: “Puede llevar a una pérdida total o parcial de la población de virus vacunal vivo y entonces, al ser aplicadas, ya no generarán inmunidad o esta será muy débil. Por otro lado, en el caso de las vacunas inactivadas, por ejemplo, si no atemperan antes de su aplicación, pueden generar inflamaciones muy intensas en los animales vacunados, afectando seriamente su crecimiento o productividad”.

Por último, podemos resumir que la principal diferencia entre los tipos de vacunas es que las vacunas vivas contienen el antígeno vivo en su forma atenuada, mientras que las vacunas inactivadas se producen a partir de patógenos (que pueden estar fragmentados) muertos y no replicantes. Además, el desarrollo de la respuesta inmunológica se lleva a cabo de manera diferente, siendo recomendable que las vacunas vivas se administren antes que las inactivadas. En todos los casos, se debe realizar un monitoreo de las principales enfermedades de las gallinas que pueden comprometer la bioseguridad de la granja, para que, a partir de ahí, el médico veterinario pueda elaborar un protocolo de vacunación de acuerdo con las necesidades locales.

* Cesar Reyes Macedo es médico veterinario y posee una maestría en Salud Avícola de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM).