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Dermatitis alérgica por picadura de pulga en perros (DAPP)

La Dermatitis alérgica por picadura de pulga en perros (DAPP), también conocida como hipersensibilidad a la picadura de las pulgas, es una condición inmunitaria que se produce como respuesta a antígenos presentes en las glándulas salivales de las pulgas. Estos antígenos ingresan al hospedero en el momento en que las pulgas se alimentan de su sangre. 

La pulga del gato (Ctenocephalides felis felis) es la causa más común de DAAP en perros. Sin embargo, cualquier especie de pulga puede desencadenar la reacción alérgica y los signos clínicos característicos de DAPP. Sigue leyendo para conocer más sobre la patogénesis, los signos clínicos, el diagnóstico y las distintas opciones de tratamiento de la DAPP.

La pulga del gato (Ctenocephalides felis felis) es la causa más común de DAAP en perros.

Patogénesis

La saliva de las pulgas contiene compuestos similares a la histamina, enzimas proteolíticas y factores anticoagulantes. Estos compuestos se liberan al torrente sanguíneo en el momento que las pulgas se alimentan, desencadenando respuestas inflamatorias o antigénicas en animales sensibles. 

La respuesta inmunomediada se presenta como hipersensibilidad inmediata o tardía, o puede estar asociada a la liberación de basófilos cutáneos o IgE. Esta reacción tiende a ser más marcada en perros con otras alergias o con diagnóstico de dermatitis atópica.

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Signos clínicos

En perros con DAPP, la picadura de una sola pulga puede desencadenar la reacción de hipersensibilidad. Normalmente, la DAPP se asocia con prurito intenso, irritación, eritema, hiperpigmentación y alopecia autoinducida, localizada especialmente en la grupa, la base de la cola, en la parte caudo-medial de los muslos y la región inguinal. 

Es común que se presenten otras alteraciones, por ejemplo, costras y pápulas, o infecciones secundarias, como resultado del rascado profuso y la pérdida de la barrera protectora de la piel. Entre estas se destacan la presencia de dermatitis piotraumática y los piodermas superficiales o profundos

Diagnóstico

Si bien el diagnóstico de DAAP se realiza normalmente de forma clínica, integrando los detalles recolectados durante la anamnesis y los hallazgos del examen clínico, es importante descartar si el cuadro se asocia exclusivamente a DAPP o si hay otras condiciones dermatológicas concomitantes. 

El Comité Internacional para Enfermedades Alérgicas en Animales desarrolló una guía clínica para el diagnóstico paso a paso de dermatitis atópica en caninos. En esta guía se resumen los aspectos claves de varias alteraciones dermatológicas, incluyendo la DAPP. Además, discute las pruebas diagnósticas disponibles para la identificación de alérgenos que deben ser considerados como parte del proceso diagnóstico.

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Tratamiento

El tratamiento de la DAPP se debe enfocar en 3 aspectos principales: control de la infestación en el paciente, control ambiental y control de los síntomas y condiciones secundarias.

  • Control de la infestación en el paciente: El primer paso en el manejo de la DAPP es eliminar y prevenir la infestación por pulgas, ya que la picadura de estas desencadena la reacción alérgica. Para esto es fundamental establecer un programa de prevención durante todo el año con productos de larga duración que, además, permitan controlar de forma efectiva la población de pulgas que se encuentran en el ambiente donde habitan los perros. 
  • Control ambiental: Debido a que los diferentes estadíos de las pulgas tienden a desarrollarse en el ambiente (no en el animal), el control ambiental cobra gran importancia en el manejo integral de la DAPP. Medidas de higiene y limpieza generales pueden ayudar a reducir el número de larvas y pupas en el ambiente. 
  • Control de los síntomas y condiciones secundarias: Si bien el manejo de la DAPP depende finalmente de eliminar la fuente del alérgeno, en algunas situaciones es necesario modular los procesos asociados para disminuir los signos clínicos, y mejorar la calidad de vida del paciente durante el proceso.

En algunos casos, se puede indicar una terapia anti-prurítica de corta duración (5-7 días), con glucocorticoides orales, parenterales o tópicos, previa consideración de los posibles efectos secundarios asociados a su uso. Estos no deben ser usados en pacientes con foliculitis bacteriana u otras infecciones secundarias. 

El uso de antihistamínicos, por ejemplo, la Clorfeniramina, también son una opción de tratamiento. 

Finalmente, en algunos casos es necesario el control de infecciones bacterianas secundarias. El uso de antibióticos, seleccionados por medio de cultivos o antibiogramas, se justifica en pacientes con DAAP que desarrollan piodermas u otras lesiones traumáticas infectadas. 

La erradicación de las pulgas del perro afectado y de su entorno son el aspecto más importante para el control efectivo de la DAPP. Para seleccionar los productos adecuados se deben tener en cuenta distintos factores, como la complejidad del ciclo de vida de las pulgas, su interacción con los perros, la posible toxicidad de los productos usados para el control ambiental, y las condiciones domésticas que pueden favorecer la persistencia de estadíos tempranos de las pulgas en el entorno.

Bibliografía

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