Enfermedad de Lyme en perros: Síntomas y tratamiento

La enfermedad de Lyme o borreliosis es una infección causada por la espiroqueta Borrelia spp (principalmente Borrelia burgdorferi) que se transmite a través de la picadura de garrapatas infectadas con dicha bacteria. Esta enfermedad puede afectar diferentes especies animales, incluyendo perros, gatos, caballos, ovejas, vacas, así como también a los seres humanos. 

Es importante recordar que es una enfermedad zoonótica. Esto significa que puede transmitirse de animales a humanos, a través de la picadura de garrapatas, por lo que las medidas orientadas a una correcta prevención, tratamiento y control son vitales.

La garrapata del género Ixodes es el principal vector implicado. El contagio de la enfermedad de Lyme en perros se produce principalmente durante los meses más cálidos, momento de mayor proliferación de dichos parásitos. La borreliosis canina puede transmitirse en cualquier estadio de la garrapata, desde larvas hasta adultos.

Enfermedad de Lyme en perros: Síntomas

Pueden variar desde leves a graves, y pueden aparecer semanas o incluso meses después de la picadura de la garrapata. Los síntomas de Lyme en perros son inespecíficos y no son exclusivos de esta enfermedad, pero generalmente pueden incluir: 

• Fiebre: la temperatura corporal del perro puede aumentar a más de 103 °F (39,5 °C).
• Claudicación, dolor y rigidez. Consecuencia de la inflamación de las articulaciones (artritis aguda), lo que también puede provocar que las mismas se deformen.
• Pérdida de apetito.
• Fatiga, cansancio y letargo.
• Inflamación y eritema en la zona de la picadura.
• Otros hallazgos en casos más graves pueden incluir problemas renales, cardíacos y neurológicos.

En algunos casos, los perros pueden ser asintomáticos, aunque tengan la bacteria. En estos casos, la detección temprana de la enfermedad es más difícil, por lo tanto, es importante llevar adelante una correcta prevención manteniendo a las mascotas libres de garrapatas.

Prevención de la borreliosis canina

La prevención es la mejor forma de proteger de la borreliosis en perros, minimizando la exposición a los vectores, en este caso las garrapatas. Esto último puede llevarse a cabo mediante:

• Control de garrapatas: revisar regularmente al perro en busca de garrapatas y retirarlas de inmediato en caso de encontrarlas, tomando las medidas de precaución pertinentes (usar guantes).
• Tratamiento preventivo: existen diversos productos en el mercado que pueden ayudar a eliminar las garrapatas de los perros y gatos, como pipetas, comprimidos y collares. 

En este punto, es importante hacer mención del ciclo vital de las garrapatas: Considerando buenas condiciones para el vector, el ciclo vital suele durar aproximadamente 60 días. Luego de la puesta de los huevos, dicho ciclo vital comprende 3 fases: larva, ninfa y adulto. 

Durante las 3 fases del ciclo de las garrapatas, estas se alimentan de la sangre del hospedador. Una vez ya alimentadas, suelen caer al suelo, y así, mudar al siguiente estadio. Por lo que posiblemente, a lo largo de un mismo ciclo vital, las garrapatas pueden alimentarse de una presa cada vez que mudan. 

Teniendo en cuenta estos 60 días promedio que comprende la duración de dicho ciclo vital, cabe destacar el uso de fármacos de duración prolongada como el fluralaner, que con una dosis ofrece protección durante 12 semanas, cubriendo de manera efectiva el ciclo vital de la garrapata. Es importante mantener el jardín libre de hojas y maleza para ayudar a reducir la población de garrapatas y, por lo tanto, el riesgo de que los perros se infecten..

Enfermedad de Lyme en perros: Tratamiento

Se basa en la administración de antibióticos para la enfermedad de Lyme en perros, que pueden ser orales o inyectables. El tipo y la duración del tratamiento dependerá de la gravedad de la enfermedad y de la salud en general del animal. Habitualmente se recomienda un tratamiento de 4 semanas. Los fármacos comúnmente utilizados incluyen:

Doxiciclina: uno de los antibióticos más comunes para tratar esta enfermedad..

Amoxicilina: se administra por vía oral y se prescribe durante varias semanas.

Ceftriaxona: administrado por vía intravenosa o intramuscular, se utiliza en casos más graves.

Además de los antibióticos, los perros pueden necesitar tratamiento de apoyo para aliviar los signos, como analgésicos para el dolor articular y muscular, medicamentos para controlar la fiebre y suplementos nutricionales para mejorar la función renal.

Es importante que los tutores de mascotas sigan estrictamente las recomendaciones del médico veterinario en cuanto al uso de antibióticos y la duración del tratamiento, para asegurarse de que la infección se elimine por completo. En perros que no reciben tratamiento la enfermedad puede causar problemas renales, neurológicos y cardíacos graves e incluso, la muerte del animal.

En resumen, la enfermedad de Lyme en perros es una infección bacteriana que se transmite a través de la picadura de garrapatas infectadas. Si bien sus signos clínicos pueden variar, la claudicación y la rigidez en las articulaciones son los más comunes. Las medidas de prevención para la infestación por garrapatas comprenden la revisión periódica, el uso de ciertos fármacos preventivos y una buena higiene de los espacios donde habita la mascota. El tratamiento se basa en los antibióticos y puede acompañarse con una terapia de apoyo.