Avicultura

El impacto de las enfermedades respiratorias en aves en la producción de pollos

En todas las etapas de la producción de pollos, es fundamental cuidar el ambiente y el manejo de los animales para prevenir enfermedades. Existen enfermedades, causadas por virus y bacterias, que afectan el sistema respiratorio de las aves, desencadenando procesos inflamatorios e infecciosos que pueden ser fatales.

Para garantizar la salud de los animales es necesario seguir buenas medidas de bioseguridad y cumplir con el protocolo de vacunación para aves de todas las edades. El artículo “Common Respiratory Diseases of Poultry”, publicado en Veterinary World, destaca las principales enfermedades respiratorias aviares. Conocer mejor estas enfermedades y comprender cómo afectan a la industria avícola es un paso importante para cuidar mejor las granjas y hacer que el negocio sea más rentable.

Enfermedades respiratorias en aves
Para evitar enfermedades respiratorias en aves, como la bronquitis infecciosa o la influenza aviar, es importante adoptar buenas medidas de bioseguridad

La laringotraqueítis infecciosa aviar (LTI) presenta una alta tasa de mortalidad y provoca pérdidas en la producción

La laringotraqueítis infecciosa es una enfermedad viral que se transmite a través del tracto respiratorio y que afecta principalmente a las gallinas de mayor edad. Su manifestación aguda presenta una alta tasa de mortalidad y se caracteriza por síntomas persistentes, como tos, estornudos, sibilancias y disnea severa. En casos más severos, puede ocurrir expectoración de líquido sanguinolento y coágulos de sangre en la tráquea, lo que puede causar la muerte por asfixia.

Esta enfermedad es altamente infecciosa (ocurre por contacto directo entre animales, a través de equipos y ambientes contaminados) y tiende a presentarse de manera cíclica. En el artículo “Common Respiratory Diseases of Poultry”, se destaca que incluso las aves que se recuperan deben considerarse portadoras de por vida. Por lo tanto, para proteger la salud de los animales y minimizar posibles pérdidas con la producción, es fundamental buscar estrategias de vacunación, aislamiento y manejo de las aves.

La enfermedad de Newcastle (EN) en aves es altamente contagiosa, letal y puede causar una disminución en la producción de huevos

Causada por un paramixovirus del género Avulavirus, la enfermedad de Newcastle afecta principalmente a gallinas y pollos de engorde y se puede encontrar en todo el mundo. Se transmite a distancias cortas por vía aérea, es altamente contagiosa, tiene un carácter agudo y letal y puede afectar a aves de todas las edades. Por lo tanto, se deben tomar medidas preventivas en todas las etapas de producción. Esta enfermedad puede presentar bajo la forma viscerotrópica y desencadenar varios síntomas, como ronquera, secreción acuosa en las fosas nasales, dificultad para respirar, hinchazón facial, parálisis (de las patas, alas y cuello), temblores e incluso torceduras del cuello, señal de que ha habido un deterioro del sistema nervioso central.

Además de presentar una alta tasa de mortalidad, que varía del 10 al 80%, según la patogenicidad, la enfermedad de Newcastle tiende a comprometer mucho la producción. En los pollos, los síntomas pueden incluir anorexia, edema y alas caídas, lo que afecta negativamente a la producción. En cambio, en el caso de las gallinas ponedoras, se produce una pérdida del apetito y una caída drástica de la producción de huevos. También es posible que la gallina reproductora transmita la EN al pollito mientras aún está en el huevo, lo que resulta en una tasa de mortalidad más alta en aves jóvenes.

Cabe destacar que la enfermedad de Newcastle se propaga más ampliamente debido a la proximidad entre los animales en las granjas. Después de todo, el virus es excretado por las aves en secreciones, fluidos corporales y a través del tracto respiratorio. Por eso, tener un mayor control de los ambientes e invertir en la vacunación de los animales es fundamental.

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La influenza aviar (IA) puede conducir a un aumento de la mortalidad de los pollos de engorde

La influenza aviar puede afectar a diferentes especies de aves. En las granjas, los pollos y gallinas infectados pueden presentar síntomas respiratorios y gastrointestinales, como dificultad para respirar, diarrea, pérdida del apetito y apatía. Sin embargo, en su forma altamente patógena, la influenza aviar puede causar deshidratación, hinchazón facial, manchas blancas y/o rojas en las patas y la cresta, e incluso la excreción de fluidos sanguinolentos por las fosas nasales, causando alta mortalidad.

En los brotes de influenza aviar, en caso de que haya una infección mixta con otros patógenos respiratorios (como el virus de la bronquitis infecciosa), es posible que se produzca un aumento de la mortalidad de los pollos de engorde. En ponedoras, la producción de huevos y la incubabilidad también pueden disminuir significativamente, lo que compromete el crecimiento de la granja y la producción en general. También es posible que los huevos se vuelvan más frágiles, con una cáscara blanda o incluso sin cáscara. Por lo tanto, para evitar daños, es importante que todas las aves tengan sus vacunas al día. También vale destacar que esta enfermedad puede transmitirse por equipos contaminados (ropa, zapatos, cajas etc.) y por el estiércol de animales infectados. Por ello, es necesario redoblar los cuidados con la limpieza del ambiente.

La bronquitis infecciosa aviar (BI) es una enfermedad respiratoria que afecta a los pollos, gallinas de postura y reproductoras

La bronquitis infecciosa aviar es una enfermedad de las vías respiratorias superiores causada por un virus de la familia Coronaviridae, que afecta principalmente a pollos y gallinas. Es un virus altamente contagioso y la manifestación de sus síntomas puede variar mucho según el sexo, la edad, las condiciones inmunitarias del ave, además del ambiente. Pero, en general, la enfermedad no es tan letal y provoca síntomas simples, como líquido en los ojos y fosas nasales, respiración difícil y ruidosa, diarrea y apatía.

Al igual que otras enfermedades respiratorias en aves, la bronquitis infecciosa puede afectar en gran medida la producción. Durante los brotes de esta enfermedad, la salud de los pollos se ve deteriorada: las aves se deshidratan, pierden peso y la tasa de mortalidad tiende a aumentar, lo que se traduce en pérdidas económicas. También es común que haya una disminución drástica en la producción de huevos; las gallinas adelgazan (consumen menos alimento y agua) y, en consecuencia, el número de pollitos nacidos tiende a disminuir.

El texto “Infectious Bronchitis”, publicado en el libro “Diseases of Poultry”, destaca que, para evitar epidemias de bronquitis infecciosa, es fundamental seguir una buena política de bioseguridad: realizar aislamiento estricto, remoción de heces del sitio, desinfección del corral y equipo en contacto con los animales y albergar únicamente aves de la misma edad en cada corral.

Medidas de bioseguridad y vacunación evitan enfermedades respiratorias en aves

Es importante señalar que no existe un tratamiento específico para recuperar aves con enfermedades respiratorias. El tratamiento en realidad consiste en una política de prevención con dos frentes principales: vacunación y medidas de bioseguridad. El artículo “Biosecurity Assessment and Seroprevalence of Respiratory Diseases in Backyard Poultry Flocks Located Close to and Far from Commercial Premises”, publicado en BioOne, destaca que los pequeños cuidados diarios en la granja marcan la diferencia. El uso de zapatos adecuados, una medida de bioseguridad muy simple pero importante, por ejemplo, ayuda a reducir la incidencia de enfermedades respiratorias en granjas comerciales.

En definitiva, cabe destacar que las enfermedades respiratorias en las aves son perjudiciales no solo para el bienestar de los animales, sino también para el buen funcionamiento de la producción. La laringotraqueítis infecciosa aviar, la enfermedad de Newcastle, la influenza aviar y la bronquitis infecciosa, en particular, son enfermedades que pueden ser letales y afectan directamente la salud de los pollos (que pueden deshidratarse y volverse anoréxicas) y la producción de huevos. Al fin y al cabo, estas enfermedades pueden acarrear pérdidas considerables al avicultor. Por lo tanto, es fundamental seguir una buena política de bioseguridad, que se preocupe por la salud de los animales, los empleados y el mantenimiento del ambiente.